Josep K ha visitado Portbou

Josep K ha visitado Portbou

viernes, 24 de diciembre de 2010

Franz Biberkopf atraviesa la primera hilera de muros de la prisión de Figueres al amanecer de un día de noviembre de 2011.. El guardia lo ha escoltado a través de dos muros de hormigón de 6 metros de altura. Ha desactivado varios sistemas de seguridad. Lo deja salir. El ruido de la AP 7, los camiones yendo y viniendohacia la frontera con Francia, lo aturden.. Franz Biberkopf mira alcarcelero que le abre la ultima puerta. El guardia le sonríe. Le indica el camino de salida, rumbo a la frontera francesa. “ No tengas miedo” le dice y le da una palmada en el hombro para que se aleje. Biberkopf siente vértigo, un mareo absurdo, angustia en el pecho. La náusea no lo deja respirar.

Pálido, con su traje negro, su camisa blanca y su delgada corbata azul de oficinista, Josep K se pasea por el pasillo que conduce a la biblioteca de la prisión de Figueres. K está esperando una absolución. Por un lado ha presentado un recurso que no se sabe si se ha considerado o no, por el otro ya ha salido la sentencia y K no sabe si esta invalida a su propio recurso. Ambos documentos son contemporáneos, pero K no sabe si existe una relación o si discurren por caminos paralelos.

“Tiene que haber un error”, pensó K mientra Franz Biberkopf se alejaba por el pasillo de la prisión de Figueres escoltado por un guardia. Hasta donde Josep K sabe,Franz Biberkopf, nacido en Berlin en 1879, fue encarcelado por una denuncia de abuso sexual terminado en homicidio. Ilse Machrichter fue su amante, su mujer y su victima mortal. El ama de llaves de la pensión en la que vivía, en Alexanderplatz, la Señora Hess, declaró en el juicio. Dijo haber visto como Biberkopf machacaba la cabeza de su mujer a golpes, convirtiéndola en una masa sangrante. “Por efecto de la ley de gravedad” reza el informe en su sentencia, “los puños de Biberkopf dejaron a la Sra Machrichter sin conocimiento”.

Josep K ha sido compañero de celda de Biberkopf desde que entró a la prisión de Figueres. K se ha pasado cada día en la biblioteca. Le ha explicado a Franz Biberkopf lo que va entendiendo de la extraña situación que a ambos les toca vivir. “ Terminamos en la prisión de Figueres por la teoría de la relatividad, presentada por Albert Einstein, en 1905”, sostiene K. “La percepción del espacio y el tiempo depende del estado de movimiento del observador o es relativa al observador”. “Yo estoy aquí por ese mismo efecto” dice Josep. “Un error administrativo mezclado con un efecto físico temporal originado en algún oscuro despacho de la República de Weimar en 1925, ha materializado nuestra presencia en esta prisión del Empordá en 2011”.

“ El sistema de admisiones está basado en el Acelerador de Partículas, desarrollado en Suiza en 2009” asegura el alcalde a TV Tramontana, al lado de un científico vestido con delantal blanco. “Esta prision dispone de módulos con sala de día, comedor y `office, servicio de venta automática, economato, aulas y talleres ocupacionales, consulta médica, peluquería, gimnasio y despachos para los equipos de tratamiento” ha explicado el jefe de la prisión, un señor calvo y regordete que siempre asiente cuando habla el alcalde.

Josep K lleva más tiempo que Biberkopf en ese confinamiento. “ Es posible que las incumbencias no sean tan claras. El tribunal esta estudiando el tema”, reflexiona Josep K el día que sueltan a Biberkopf. Antes de que se lo llevaran, alcanzó a contarle algunas cosas que logró investigar sobre lo que le espera:

“Solo son 5 km hasta la salida de la Jonquera. Allí está el mayor prostíbulo de Europa” , le ha dicho a Biberkopf.

Biberkopf avanza por el borde de la autopista AP 7, junto a la inexistente salida 3. Franz Biberkopf distingue el prostíbulo por las luces de neón. Está justo a la entrada de La Jonquera, junto a la gasolinera. Franz siente en la piel los ochenta y cinco años sin disfrutar el aroma de una mujer. No ha envejecido en el viaje espacio temporal. La pelirroja rusa, en el lobby. Alla, es la única que habla algo de alemán. “ Nos han intentado cerrar en 2010, estamos en crisis” le explica la rusa moviendo unas caderas bestiales. Alla Kratinova embelesa al Franz. Sus medias de seda y un estrecho vestido negro obnubilan su entendimiento. Alla se mete en una habitación con Biberkopf. Franz no ha sentido la piel de una mujer en décadas.

“¿ Por qué me miras así?” – le pregunta Alla en alemán.

- Estuve en prisión unos años- dice Biberkopf y sufre otro de sus ataques de angustia paralizante.

Alla se ríe con ganas. Unas cuanta compañeras de la rusa se asoman por el pasillo. Estallan en carcajadas al ver como Biberkopf sale corriendo.

Llega a la estación de tren de la Jonquera y mira los horarios “ El Mar Mediterráneo esta cerca.

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